Description

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A pesar de cierto avance en su visibilidad el amor l sbico se ubica entre las formas de marginaci n social e hist rica m's hip critas y perversas. Si bien el siglo XX abri puertas a la comprensi n de las distintas orientaciones sexuales al dejar de considerar esas diferencias como desv os, patolog as o trastornos mentales, esta apertura no implic de modo integral a la sociedad. Los argumentos que avalan el rechazo de las diferencias sexuales son en realidad creencias arraigadas de modo profundo por lo cual la homosexualidad es calificada de pr ctica sexual antinatural y contin a siendo un estigma. Dentro de las disidencias respecto del binarismo (hombre-mujer), tuvo luz el amor l sbico, escondido desde siglos atr's, como otra de las sensibilidades que configuran la diversidad sexual humana obligada a indemnizar a la comunidad por la osad a de ser y develarse. La condici n de antinatural convierte al homoerotismo en estigma, imposible de ser admitido por una moral patriarcal no dispuesta f cilmente a cambiar los pilares de su autoridad y potestad. Esta moral no condena de modo exclusivo la existencia de la diversidad, y al amor l sbico formando parte de ella, sino tambi n su leg tima demanda a la construcci n de derechos en amplitud y capacidad de proteger a quienes pertenecen a estas esferas a las que h bilmente sit a fuera de la normativa del establishment que ha construido. Con ello la sociedad patriarcal constituida alrededor de la masculinidad heterosexual, cuyas estructuras dominantes la sostienen, determina al amor l sbico, inserto en la homosexualidad, en un mundo devenido submundo transgresor, subsumido en la inmoralidad. Las consecuencias sicoemocionales, y aun existenciales de esta discriminaci n son fuertes, y el desarraigo social de los disidentes, muy grave. Este libro narra la historia de una mujer que por efecto de un amor l sbico transita hacia nuevas perspectivas vitales desvel ndose otra distinta, desconocida por ella misma hasta entonces. La normalidad habitada, complacida y acostumbrada, tambalea ante el surgimiento de cuestionamientos y rupturas. Sus emociones y sentimientos son revueltos por este amor l sbico.
Asumo este relato desde mi oposici n a toda clase de marginaci n, desde la solidaridad con miles de mujeres excluidas, y m's a n con las que el amor l sbico las impuls a romper paradigmas.

Silvia Vera Viteri.